Un día, después de natación, estábamos todos charlando de que nos podríamos disfrazar para los carnavales (a principios de febrero por ahí) y ninguno teníamos ni idea. Cada uno decía una cosa totalmente distinta a la que había dicho otro o algunos simplemente no decían nada. Estuvimos hablando durante un rato hasta que uno de nosotros sugirió que porqué no nos disfrazábamos de algo que, cuando estuviéramos disfrazados por Rota, la gente se quedara mirándonos y fuéramos “liándola”… de Happy Meal! (los menús infantiles del Macdonal). Todos lo vimos buena idea al principio y, también, un poco difícil de hacer (teníamos dos semanas escasas para hacer el disfraz) pero como nosotros no pensamos y siempre vamos a lo loco, nos pusimos a ello. Primero tuvimos que ver como lo haríamos, la estructura del disfraz, el material, el sitio donde hacerlo… Pensamos hacerlo como los carteles que se ponen algunas personas en los que ponen “COMPRO ORO” pero iba a quedar un poco cutre, la verdad. Después pensamos en montarlo como una caja, cortando cartón a nuestra medida, uniendo las diferentes partes y haciendo los agujeros para los brazos, la cabeza y ... ¡LA SORPRESA! (esto último es coña...) :). Al siguiente día la que liamos para encontrar gomaespuma no fue normal, si no nos fuimos a todas las tapicerías no fuimos a ninguna. Un día entero detrás de la gomaespuma hasta que, a las 8 y pico de la tarde, llegamos a una donde si había :)… Ahora a cargar con 20 metros de gomaespuma desde el centro hasta la casa de uno que está en la feria (cerca cerca…). Esa misma noche nos quedamos allí cortando la gomaespuma, viendo la final del Gran Teatro Falla y haciendo el carajote, algo muy común en nosotros o por lo menos en mí :).
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